lunes, mayo 27, 2013

El Certificado de Eficiencia Energética, un balón a las gradas



Ya hemos realizado los primeros certificados para edificios existentes como regula la ley y esa es mi visión del proceso de certificación establecido por el gobierno en el RD 235/2013.
Por falta de audacia, la extremada sencillez de la emisión de los certificados los ha convertido en una especie de impuesto a los propietarios de inmuebles, como ya se ha quejado, por ejemplo, la OCU en alguna comunicación.
Por un lado, el RD es muy poco exigente con los conocimientos requeridos para expedir la certificación al abrir el trabajo a técnicos con escasa formación en construcción.
Y por otro, el certificado le dota a los equipos de generación de calor de un peso enorme dentro del resultado de la etiqueta.
De este modo una vivienda relativamente bien aislada poco puede hacer si tiene unos equipos de generación poco eficientes. La lógica debería ser incentivar el ahorro de energía limitando la demanda por la mejora de los edificios, pero el procedimiento ha sido diseñado en el Ministerio de Industria y el resultado es de una cortedad de miras importante.
En lugar de poner un tapón para que no se vaya el agua de la bañera, se valora más la posibilidad de que entre más agua por el grifo.
Introducir mejoras en los edificios por la vía de instalar máquinas o aparatos, por muy eficientes que sean, es un sistema antieconómico e insostenible.

En cuanto a la implantación de los certificados, a partir del 1 de junio será obligatorio disponer de ellos para poder alquilar o vender la mayoría de los inmuebles del parque español.
Asturias ya ha creado el registro para los certificados (más rápido de lo que que esperaba, debo reconocer) y para que el RD tenga plena vigencia sólo falta que se publique el régimen sancionador, que se prevé que aparezca a modo de enmienda en la ley de Rehabilitación, Regeneración y Renovación Urbanas que se aprobará muy probablemente después del verano.
Los certificados son obligatorios a partir de la semana que viene, pero la urgencia es relativa si tenemos en cuenta que difícilmente podrán aplicarse sanciones en el corto plazo. Tampoco los arquitectos podríamos certificar tal cantidad de inmuebles en un periodo tan corto.

Nuestra apuesta es la de acompañar la certificación de otros servicios que la hagan más útil al propietario como el levantamiento de planos, una pequeña auditoría energética u otros, aprovechando que un arquitecto va a visitar su inmueble.